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084. Historia del bolígrafo

HISTORIA DEL BOLÍGRAFO El ser humano siempre ha buscado la manera de comunicar sus pensamientos, empleando cualquier tipo de objeto para escribir o dibujar; desde los dedos en la Prehistoria hasta las plumas en la Edad Media. El inventor del bolígrafo fue John Loud, un curtidor de pieles de origen norteamericano que, en 1888, le puso una bolita a un tubo de tinta para marcar las líneas en las pieles. Loud nunca llegó a patentar ni comercializar el invento, así que el verdadero inventor del bolígrafo es el húngaro Ladislao José Biro. En ese momento, los bolígrafos eran muy costosos, lo que llevó a Marcel Bich a popularizar los famosos bolígrafos Bic en el año 1953. En la actualidad, Bic vende más de cien billones de bolígrafos al año en todo el mundo. La aparición del bolígrafo supuso toda una revolución en el mundo de la escritura y el dibujo. Por fin se había inventado el objeto que permitía escribir sin tener que mojar o recargar la pluma. El bolígrafo es considerado el objeto más práctico, limpio y cómodo a la hora de escribir. Un bolígrafo (boli), esferográfica, birome, lapicero, lapicerito, lapicera, lápiz tinta o pluma atómica es un instrumento de escritura consistente en una punta de carga, que contiene una esfera, generalmente de acero o wolframio, que en contacto con el papel, va dosificando la tinta a medida que se la hace rodar, del mismo modo que un desodorante de bola. El bolígrafo puede ser de punto fino, mediano o diamante. El bolígrafo es básicamente un tubo de plástico,metal o aleaciones de distintos plásticos o metales que contiene la tinta y que tiene, en un extremo, la punta de escritura, que engarza una pequeña esfera o bola, de la que toma el nombre, y que sirve para regular la salida de tinta al papel de forma fluida y constante. Este tubo o «carga» (de tinta) se encuentra en el interior de un armazón que permite asirlo con comodidad. Dicho armazón puede ser de dos partes (base y tapón) o de una sola, con diversos mecanismos que sacan o retraen la punta de la carga para protegerla de golpes y evitar que manche cuando se lleva en el bolsillo. Su producción a gran escala ha hecho que el costo sea muy bajo y lo ha convertido en el instrumento universal de escritura manual. En Argentina, Paraguay y Uruguay es conocido, además de como «lapicero», «lapicera» y «bolígrafo», por «birome», que es el nombre comercial con que se vendieron los primeros bolígrafos del mundo, fabricados en Europa en 1942. De modo similar en muchos países europeos, así como en Australia y Nueva Zelanda, los bolígrafos son conocidos como «biros». En Panamá, en Venezuela y en Puerto Rico se conoce como «bolígrafo» o «pluma». En distintos países como México y Chile, el término «bolígrafo» es coloquialmente intercambiable, pues se lo conoce informalmente también como «pluma», «lápiz pasta» y «lapicero» (lápiz pasta en Chile), respectivamente. En Honduras se lo conoce por bolígrafo y se lo llama popularmente como «lápiz tinta»; En Cuba se le conoce formalmente como «bolígrafo», pero también se les conoce como «lapicero», principalmente en la región central y oriental, como «pluma» en La Habana y en el resto de la región occidental de la isla. En República Dominicana y Perú también se conoce como «lapicero». En la Región Costa de Ecuador se llama «pluma», pero en la Sierra y en ciertas partes de Colombia es también conocido como «esfero». En algunas regiones colombianas como en la Caribe recibe igualmente el nombre de plumero o el ya mencionado lapicero pluma. En Bolivia es conocido como «lapicero», «bolígrafo» o «puntabola». En España se emplea «bolígrafo», acortado a «boli». En Portugal y Brasil también es conocido como «caneta esferográfica» o «caneta». En El Salvador es conocido como lapicero o bolígrafo. Elementos de un bolígrafo: Caña: cuerpo del bolígrafo. Carga: contenedor de la tinta. Bolilla: Esta gira, se carga con la tinta, y deja el trazo sobre el papel. Tinta: Espesa, no soluble en agua. Resiste mucho tiempo en los tanques sin secarse, aunque se seca instantáneamente al escribir. Elementos habituales en los bolígrafos: Pulsador: mecanismo más común de apertura (existen otros mecanismos de apertura, como el de giro). Clip: mecanismo de sujeción en el bolsillo (existen otros mecanismos de fijación, como el de mosquetón). Puntero: parte inferior de la caña. Complementos o elementos opcionales: Manguito antideslizante. Marca inscrita en la caña. Las piezas de un auténtico bolígrafo marca Birome Molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando esta se le atascaba en medio de un reportaje, el húngaro naturalizado argentino Ladislao Biro y su hermano George, quien era químico, lograron una tinta que era muy útil para la escritura a mano, pero que tenía el inconveniente de que no podía utilizarse con la pluma pues se trababa al escribir. Pero Ladislao ideó cómo resolver este último inconveniente observando a unos niños mientras jugaban en la calle con bolitas que al atravesar un charco salían trazando una línea de agua en el suelo seco: se dio cuenta de que en vez de utilizar una pluma metálica en la punta, debía utilizar una esfera metálica. La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía en la imposibilidad de desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Ladislao Biro patentó un prototipo en Hungría y Francia en 1938, pero no lo llegó a comercializar. Ese mismo año, Agustín Pedro Justo, quien pocos meses antes había dejado de ser presidente de la Nación Argentina, le invitó a radicarse en su país cuando de casualidad lo conoció en momentos en que Biro estaba en Yugoslavia haciendo notas para un periódico húngaro. Agustín Justo lo vio escribiendo con un prototipo del bolígrafo y maravillado por esa forma de escribir se puso a charlar con él. Biro le habló de la dificultad para conseguir una visa y Justo, que no le había dicho quién era, le dio una tarjeta con su nombre. Biro no se decidió en ese momento a viajar a Argentina, pero en mayo de 1940, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, él y su hermano emigraron a ese país junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo, que le ayudó a escapar de la persecución nazi por su origen judío. Tiempo después su esposa Elsa y su hija Mariana desembarcarían también en Buenos Aires. En ese mismo año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en una cochera con cuarenta operarios y un bajo presupuesto mejoró su invento, registrando el 10 de junio de 1943 una nueva patente en Buenos Aires. Lanzaron el nuevo producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio los libreros consideraron que esos «lapicitos a tinta» eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para niños. Al respecto, en su última entrevista antes de fallecer, Biro afirmó: «Mi "juguete" dejó treinta y seis millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro». Cuando comenzaron a promocionarse se las llamaba «pluma esferográfica» y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, se secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbón, era única para la aviación y su tinta era indeleble. En 1943 licenció su invento en la entonces extraordinaria suma de 2 000 000 de dólares a la empresa de instrumentos de escritura Eversharp, de los Estados Unidos, que fue adquirida a su vez por la empresa Parker Pen Company, que instaló su planta en la Argentina y sus oficinas comerciales en las que ocupaba Birome, y en 1951 a Marcel Bich, de Francia. Este último desarrolló, bajo la marca Bic, un bolígrafo de bajo costo que contribuyó enormemente a la popularización del invento. En 1945 la Fuerza Aérea de los Estados Unidos hizo un pedido de 20 000 unidades. Biro no había patentado su invento en Estados Unidos, lo que provocó fuerte competencia. En el mismo año Milton Reynolds desarrolló su propio modelo, y Franz Seech inventó la tinta que seca en contacto con el aire, conocida comercialmente como Paper Mate. La sociedad formada por Biro y sus socios quebró, aquejada de falta de financiación y por nuevos inventos que no tuvieron éxito comercial. Un antiguo proveedor, Francisco Barcelloni, independientemente de los desarrollos de Bich, intentó entusiasmar a Biro para fabricar un bolígrafo de bajo costo. No logró convencerle y se instaló por su cuenta; mejoró el flujo de tinta y ensayó una bolilla de triple dureza. Posteriormente, Barcelloni contrató a Biro para la dirección de la nueva fábrica, cuyo nombre comercial era Sylvapen. Entre otros inventos Biro, diseñó un perfumero usando el mismo principio que el bolígrafo. Más tarde, con el mismo principio se creó el desodorante de bolilla, conocido en inglés como roll-on.

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